El taller que realizó Dana Carbonell duró tres días con tres temáticas diferentes.
Dana Carbonell es actriz y bailarina formada en Barcelona. A sus 23 años y con su formación en teatro de texto, interpretación delante de la cámara, comedia musical, danza, canto y música, es una artista polifacética, emprendedora y con una gran pasión y compromiso por su trabajo.
El primer día empezamos con unas dinámicas para soltarnos y eliminar tensiones.
Después estuvimos trabajando con Dana y nos dijo que nos pusiéramos delante de las cámaras para enseñarnos a ser naturales delante de ellas. Estuvimos jugando a contar historias desde diferentes lugares, de manera que nos pudiéramos soltar y contar cosas como si estuviéramos contando a nuestros amigos. De forma que gracias a esta sesión muchos de nosotros aprendimos que las cámaras solo son un objeto, y que el hecho de ponernos nerviosos es una manera de tener rechazo sin especificación. También aprendimos cosas de nuestros compañeros que no sabíamos, y sus opiniones, ya que cada uno tenía su propio punto de vista y fue interesante escuchar a cada uno de ellos compartir sus ideas.
El segundo día volvimos a empezar con una dinámica en la que teníamos tres líneas blancas en el suelo y dependiendo del tema que nos dijera nos teníamos que ordenar, así ganaríamos confianza y nos conoceríamos mejor. Así aprendimos a comunicarnos de manera fluida entre nosotros y en muy poco tiempo, dándonos cuenta de que la comunicación es muy necesaria para que todo pueda ser más fácil entre nosotros.
Después nos pusimos en grupo y tuvimos que encontrar temas en común y encontrar qué emociones nos despertaban cada tema. Y colorearlos, por ejemplo: rosa-felicidad, azul-tristeza, amarillo-angustia… Primero empezamos hablando de temas que nos gustaban e intentamos ver si entre nosotros teníamos algo en común, por ejemplo series, películas, paisajes, animales, recuerdos, viajes. Creando cosas en común y a la vez descubriendo qué es lo que le gusta a cada uno del grupo. Fue interesante ver que algunos éramos muy similares y que teníamos muchas cosas en común que no sabíamos.
Al acabar reflexionamos sobre cómo cada tema nos tocaba emocionalmente y que capas tenían. Esto nos ayudó a visualizar qué cada uno de nosotros piensa diferente respecto a los temas mencionados anteriormente. Y que una cosa que a mí me puede dar felicidad, a otra le puede dar tristeza. Por último dimos ideas y organizamos el manifiesto, contamos nuestras inquietudes. Dana nos ayudó mucho a cómo enfocarnos, y qué queríamos transmitir en nuestro documental.
El último día volvimos a empezar con una dinámica, de cartas, rapidez y observación.
Este juego nos ayudó a ponernos delante de una cámara, de esta manera al estar concentrados en el juego, apenas podíamos darnos cuenta de que la cámara nos estaba grabando. Después de la dinámica nos pusimos delante de cámara a contar sobre que queríamos tratar en el documental.
Dana nos preguntaba cosas y sensaciones, nosotros y nosotras íbamos contando qué nos imaginábamos y que queríamos contar. Estas sensaciones nos ayudaron a conectar con nosotros y nosotras y con el resto del grupo, y conectar con lo que queríamos transmitir en el documental de una manera muy natural y que pudiese llegar a todos los espectadores.